Esto lo digo sin ningún tipo de vanidad, sino más bien todo lo contrario. Desde hace meses que venimos insistiendo en la falta de transparencia que hay alrededor de la Causa de las Fotocopias de los Cuadernos (esto lo digo sin ofender a nadie, simplemente describo que la denuncia se originó a partir de fotocopias sobre cuadernos orgiinales, nada más), y sobre todo, en la falta de confianza que uno puede tener en la prosperidad de la causa, por el simple hecho de que quienes están a cargo de ello, distan mucho de representar a la Justicia que este país necesita.
Hace mucho que venimos diciendo que una causa iniciada a partir de anotaciones de un chofer en cuadernos que no se pueden peritar resultan un indicio un tanto complicado, que venimos diciendo que el sistema de detención extorsivo no sirve de nada, que las declaraciones de los arrepentidos están orientadas y direccionadas por parte de los jueces y fiscales a cargo de la causa, que el criterio para la aplicación de la ley es completamente inentendible, que algunos que declararon que nunca pagaron hoy están presos mientras otros que hicieron lo mismo están libres, que la portación de apellido y la orientación política parece ayudar y bastante…
Que los testimonios de los arrepentidos deben corroborarse con pruebas, que con sus dichos nada más no alcanza, y no por que lo digamos nosotros caprichosamente, sino porque así lo marca la ley que el propio gobierno impuso, que si quieren aplicar la preventiva debería ser necesario que los arrepentidos esperen el proceso privados de su libertad, o que de lo contrario, todos estén libres mientras dura la investigación…
Que las testimoniales y las confesiones deberían estar grabadas y que deberían existir registros fílmicos que comprueben cómo fue cada una de las rondas de arrepentimientos, que debería existir forma de probar cómo es que va haciendo las preguntas el fiscal y el juez.
Que todo, absolutamente todo, huele a podrido. Que el fiscal no puede decir que hay declaraciones de arrepentidos que no pusieron en el acta (caso José López), y que las detenciones y los allanamientos no pueden hacerse de madrugada como si fuera un operativo de la dictadura militar.
Que las defensas de los acusados deberían poder acceder a los expedientes y a las declaraciones de los testigos libremente, y no según el criterio del jodido juez, que ya demostró tener una enemistad manifiesta con buena parte de los implicados.
En fin, todo, absolutamente todo, está viciado, todo está cargado de nulidades jurídicas, pero también de nulidades morales y éticas. Y ahora nos venimos a enterar, o mejor dicho, venimos a confirmar, que también está plagado de delitos.
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Comodoro Py huele a cloaca | El comentario de Juan Amorín crisis de los 40 | |
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| News & Politics | Upload TimePublished on 11 Feb 2019 |
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